EN LAS CAMPAÑAS DE ÁFRICA
Terminadas sus campañas en Italia, Diego García de Paredes regresó a su Trujillo natal en 1504. A mediados de 1505, nuestro protagonista acudió a Segovia llamado por el Rey don Fernando "El Católico", que ocupaba el cargo de Regente de Castilla desde la muerte de su esposa doña Isabel I, por ausencia de su hija doña Juana. Allí recibió la orden de incorporarse a una expedición que se estaba organizando hacia las costas de África bajo el mando del cardenal Cisneros, quien había aportado el dinero necesario para costearla.
A primeros de septiembre zarpó la flota desde Málaga con el objetivo de conquistar la fortaleza de Mazalquivir, plaza que estaba en lo alto de una peña de difícil acceso y que contaba con un magnífico puerto capaz de albergar grandes flotas; esas fueron las principales razones para su elección como llave de las futuras conquistas en el norte de África. En total, unas siete mil personas embarcaron con destino a Mazalquivir.
Los berberiscos avisados por espías de los preparativos de la campaña, tuvieron tiempo de preparar la defensa de la plaza africana. Cuando los españoles llegaron a sus costas, los moros de Mazalquivir intentaron evitar el desembarco, pero la artillería de los navíos protegió la toma de la playa por parte de los españoles.
Para asegurar el desembarco del resto de las tropas, cuenta Tomás Tamayo de Vargas que Paredes formó un escuadrón cerrado con sus hombres, y tras luchar largo rato con los moros les hizo desistir.
Tras quedar sitiada la fortaleza después de una serie de combates, la artillería comenzó su labor de destrucción de los muros, y en uno de esos bombardeos encontró la muerte el alcaide de Mazalquivir, lo que desanimó a los defensores y les hizo rendir la plaza.
En España la noticia fue acogida con gran júbilo, especialmente en las regiones del litoral, que habían sido las más afectadas por los piratas.
Tras esta campaña decide volver a Italia. En Nápoles coincide con el rey Don Fernando que le concede audiencia en varias ocasiones, pudiendo constatar la caída en desgracia del Gran Capitán, posiblemente por envidias y recelos de los nobles que rodeaban al monarca y que malmetían en su contra y de la de todos sus fieles. Con gran disgusto volvió a Trujillo y tras largo periodo de descanso y de esperar a ser llamado para una nueva empresa, cosa que no sucedió por ser uno de los mas fieles amigos, seguidores y defensores del Gran Capitán, decidió remunerar sus propias hazañas, dedicándose dos largos años a la piratería, y así de este modo tras hacerse de varios barcos comenzó a atacar principalmente navíos franceses.
Sus aventuras corsarias pararon de golpe en 1509 al conocer los planes de conquista del Norte de África de nuevo bajo el mando del cardenal Cisneros. Paredes se alistó bajo las banderas de España para luchar en la conquista de Orán.
Orán era la empresa principal para el control del norte de África. Su situación con abundantes ríos en sus cercanías, permitía tener cubiertas las necesidades de las futuras guarniciones, cosa que no ocurría con Mazalquivir, que siempre tuvo un gran problema de abastecimiento de agua dada la orografía en la que estaba asentada la villa.
La ocupación del peñón de Vélez por Pedro Navarro aceleró los preparativos para la conquista de Orán. Elegido Cisneros como capitán general de la guerra de África, se iniciaron la levas para esta empresa, siendo elegido el puerto de Cartagena como lugar de embarque. Las órdenes militares también fueron llamadas a colaborar en esta empresa, así lo hicieron las de Calatrava y Alcántara. La expedición salió el 16 de mayo de 1509 y dos días después el cardenal Cisneros entraba en Orán tras haber derrotado a los contingentes musulmanes ante Mazalquivir y haber vencido la escaza resistencia de la plaza.
La actuación de Paredes en la conquista de Orán debió también de ser honrosa, pues cuando en 1530 el papa Clemente VII le dirigió una carta concediéndole la construcción de una capilla bajo la advoación de San Cristóbal, le dijo:"Muchas veces y con mucho valos aviades peleado en África con gran peligro de vuestra vida, contra los enemigos de la Fe y en defensa y aumento Della, y del nombre de Christo, en la toma y recuperación de las ciudades de Orán, Trípoli y Bujía".