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DESCUBRIMIENTO DEL MISSISSIPPI Y MUERTE DE HERNANDO DE SOTO

Expedición de Hernando de Soto explorando la Florida.
Autor Jim CarsonExpedición de Hernando de Soto explorando la Florida. Autor Jim Carson

Invierno de 1539 en el poblado de Anhaica y la batalla de Mauvila

El 6 de octubre de 1539 llegan al poblado de Anhaica y decidieron pasar allí el invierno. Cinco meses pasaron el adelantado y sus huestes en Anhaica, en medio del acoso constante de los apalachianos. El 3 de marzo de 1540 decidieron abandonar el pueblo y continuar la búsqueda de la ansiada tierra del oro.. Dado que la mayoría de los indios auxiliares habían perecido de frío, se vieron obligados a cargar con el maíz, tantos los de a pie como los de a caballo. A las pocas semanas, comenzó a escasear el maíz, y hubieran perecido de inanición de no haber sido por la piara de cerdos que llevaban consigo.

Estando a las afueras de Mauvila, en el actual estado de Alabama, el 18 de octubre de 1540, los naturales mostraron una feroz resistencia. En una incursión, incluso, le robaron la ropa y las perlas que tenían y se atrincheraron en su poblado, disparando flechas desde el interior. El gobernador decidió asaltar el pueblo al tiempo que le prendían fuego. Se produjo una lucha encarnizada, que duró casi un día. La resistencia de los nativos fue feroz y suicida, sin que se rindiese ninguno. Muertos los hombres, tomaron el relevo las mujeres que cogieron las armas que encontraban entre los cadáveres, prefiriendo la muerte a la esclavitud. Perdieron la vida más de dos millares de naturales, entre los hispanos se produjeron dieciocho bajas, así como noventa heridos de diversa consideración. En cuanto a los bienes materiales, lo perdieron casi todo, es decir, la ropa, las perlas, tres fanegas de trigo y cuatro arrobas de vino que tenían reservadas para celebrar la misa. Fue la más encarnizada batalla librada por las huestes hispanas en la Florida. La verdadera Noche Triste de Hernando de Soto.

La batalla de Mauvila supuso un antes y un después en el ánimo de estos aventureros. Psicológicamente acabaron todos tocados, pues nunca más volvieron a recuperar la ilusión, viendo que las riquezas esperadas nunca llegaban y el ambiente hostil de los grupos indígenas. Según Garcilaso, el más afectado fue el propio gobernador que, en adelante, no se molestó en trazar un plan sino que fue de un lado a otro, sin orden ni concierto.

En Mauvila estuvieron cerca de un mes recuperándose y reorganizándose. El gobernador tomó allí dos importantes decisiones: destituir a su maestre de campo Luis de Moscoso, acusándolo de negligencia, nombrando en su lugar a Baltasar Gallegos, y cortar los contactos con Cuba, mientras las cosas marchasen tan mal y no se hallase tierra rica, porque si se conociese la realidad no habría hombre que a ella quisiese ir. Dado que la mayor parte de la ropa se les quemó en la batalla de Mauvila, desde entonces muchos de ellos iban medio en cueros, tapándose cada uno como podía y acercándose al fuego cada vez que el frío apretaba.

En diciembre pasaron al pueblo de Chicaça que, al tanto de los acontecimientos de Mauvila, los recibieron de paz. Sin embargo no tardaron en huir de sus casas, por los robos que sufrían a manos de los hispanos. En dicho poblado pasaron el invierno, pues no salieron hasta abril de 1541. Cuando en marzo, formalizaron a la tribu, la petición de dos centenares de tamemes ( cargadores), los indígenas optaron por atacarlos por sorpresa. Y aunque las huestes consiguieron rechazarlos, ahí se les quemó la poca ropa que habían conseguido salvar en Mauvila, así como algunas monturas de los caballos y una buena parte de sus armas.

Expedición de Hernando de Soto dirigiéndose al río Mississippi. 
Autor Jim CarsonExpedición de Hernando de Soto dirigiéndose al río Mississippi. Autor Jim Carson

 

Por fin, en la primavera de 1541, poco después de partir de Chicaça, alcanzaron el río Mississippi, que ya había avistado al menos en su desembocadura Martín de Pinedo en 1519. La impresión que les causó contemplar un río tan extraordinariamente caudaloso quedó reflejada en las crónicas:

" Tenía cerca de media legua de ancho; estando un hombre de la otra parte quieto, no se divisaba si era hombre u otra cosa. Era de muy grande hondura y de muy dura corriente; traía siempre agua turbia; por él, abajo, continuamente venían muchos árboles que la fuerza de agua y corriente traía".

El descubrimiento, reconocimiento y descenso de uno de los ríos más caudalosos y largos del mundo, el Mississippi, que ellos llamaron del Espíritu Santo, se considera el gran hito geográfico de esta jornada.

Hernando de Soto descubrimiento de Misisipi, por primimera vez. Autor William H. PowerHernando de Soto descubrimiento de Misisipi, por primimera vez. Autor William H. Power

 

En octubre de 1541, volvió a invernar en un poblado indígena, en esta ocasión en Autianque, que poseía maíz en abundancia. Dado que había perdido ya 250 hombres y 150 caballos, el objetivo era pasar el invierno, recuperarse y luego, marchar al Mississippi, preparar dos bergantines y enviarlos a por refuerzos a Cuba. En este poblado estuvieron desde diciembre de 1541 a marzo de 1542. Para entonces el desánimo cundía ya entre los supervivientes. El único que seguía firme era el gobernador, pues, pese a que no encontró los reinos esperados, ni las minas de oro, estaba dispuesto a seguir mientras le quedasen fuerzas, antes de regresar pobre y fracasado a Cuba.

El 6 de marzo de 1542 reanudaron su marcha descubridora. Sin embargo la hueste era ya por aquel entonces un esperpento de lo que fue: hombres extremadamente delgados y demacrados, vestidos con cueros a medio curtir, sin zapatos, sin sillas de montar y con los caballos sin herrajes. Esa extrema debilidad la compensaban, cometiendo, cuando podían, mayores atrocidades para infundir respeto, mediante el temor.

El cadáver de Hernando de Soto es arrojado al fondo del río MississippiEl cadáver de Hernando de Soto es arrojado al fondo del río Mississippi

Muy poco después, el adelantado experimentó los primeros síntomas de su enfermedad, una fiebre tifoidea, entonces llamada tabardillo, que en pocos días acabó con su vida. Viendo próxima su muerte, mandó llamar a sus hombres y les pidió que permaneciesen unidos, al tiempo que designaba por gobernador interino al zafrense Luis de Moscoso. Finalmente en Guachoya, en el actual estado de Arkansas, moría el 21 de mayo de 1542, cuando debía tener unos 42 años de edad. Al parecer, primero lo enterraron y luego decidieron arrojar el cuerpo al Mississippi para evitar que los indios lo descubriesen. Se trataba de evitar que estos se enterasen del óbito, pues se les había hecho creer que los hispanos eran inmortales. Asimismo, sospechaban que, sabiendo que había desaparecido el más valiente de los capitanes hispanos, los acometerían con más saña y convicción.

Muerto el adelantado que era el único que seguía confiando en encontrar una tierra rica, sus hombres decidieron abandonar la empresa y regresar. Lo intentaron por tierra, pero rectificaron volviendo sobre sus pasos y se dirigieron a la costa, concretamente al puerto de Aminoya, donde construyeron siete bergantines. Por suerte contaban con hombres que tenían experiencia en la construcción naval, como Francisco Ginovés y varios vizcaínos, como Juan de Abadía que era carpintero, y dos calafates. Por su parte, Juan de Añasco era cartógrafo y, según su propia declaración, construyó artesanalmente un astrolabio, una ballestilla, una carta de marear y una brújula utilizando un reloj que tenían.

Los trescientos veintidos supervivientes, algo así como la tercera parte de la expedición, zarparon del puero de Aminoya el 2 de julio de 1543. Se estima que fueron los primeros en realizar un descenso del río Mississippi hasta su desembocadura. Su intención inicial era alcanzar la isla de Cuba, sin embargo, los vientos del Este los desplazaron hasta las costas de México. Hasta el 10 de septiembre de 1543 no entraron en el río de Pánuco, tras casi dos meses de penalidades. Varios días después entraron en la villa, la escena debió ser dantesca, cuando bajaron de los bergantines unos escuálidos y andrajosos hombres vestidos con cueros a medio curtir. El recibimiento por parte de los vecinos fue excelente, pues los acogieron en sus casas de buena gana y los mantuvieron todo el tiempo que se quisieron quedar.

A modo de conclusión

Pese al fracaso global, sí es cierto que supuso un salto cuantitativo en el conocimiento geográfico, ampliando enormemente las fronteras del virreinato novohispano. Sin embargo el fiasco de la empresa colonizadora tuvo graves consecuencias para el Imperio. Esta expedición fue último intento por someter la Florida por parte de los conquistadores. Con razón se ha escrito que con la muerte de Hernando de Soto se cerró la era de los conquistadores en Norteamérica.

Su viuda, Isabel de Bobadilla, permaneció en Cuba como gobernadora interina, durante la ausencia de su marido, y finalmente cuando tuvo la certeza del fatal desenlace por los supervivientes llegados a Nueva España, retornó a España.

Hernando de Soto fue el modelo mejor acabado de conquistador. Una persona extraordinariamente inquieta, lo que le empujaba continuamente a la acción. Estuvo en muy diversos escenarios: Panamá, Nicaragua, Perú y Norteamérica. Recorrió miles de kilómetros, siendo posiblemente el conquistador que más distancias recorrió a lo largo y ancho de todo el continente americano, desde Norteamérica a Sudamérica.

Siempre destacó por su arrojo, valentía y por qué no decirlo, por su crueldad. Sin estas cualidades no hubiese sido nunca el conquistador que fue. Vivió siempre en el filo de la navaja y tuvo una muerte dramática, acorde con su forma de vida.. Hernando de Soto fue, pues un hombre de su tiempo que se comportó de la manera que todos esperaban que se comportase. Y por ello, en el contexto de su época, debemos valorarlo.

Recursos utilizados y enlaces web recomendados

* Hernando de Soto. El conquistador de las tres américas, de Esteban Mira Caballos. Editorial Fundación Obra Pía de los Pizarro (Jarilla y Barrantes-Cervantes S.L.U.

* Historia de la Baja Extremadura, Tomo II. Los hombres de la Baja Extremadura en la gesta de América, de Luis Navarro García. Dirigida por Manuel Terrón Albarrán. Real Academia de Extremadura de las letras y las artes. Badajoz 1986.

* Blog personal de Esteban Mira Caballos de Weebly.com

* Blog personal de Esteban Mira Caballos de Blogia

* Conferencia de Borja Cardelús sobre Hernando de Soto