HERNANDO DE SOTO
Según Esteban Mira Caballos, especialista en Historia de América, Hernando de Soto constituye junto a Francisco Pizarro, el verdadero arquetipo de conquistador del siglo XVI. Pese a su significación histórica, siguen siendo muchos los aspectos de su vida que son desconocidos. De su infancia y juventud en España, es decir, de los catorce años que median entre 1500, fecha probable de su nacimiento, hasta 1514, fecha en que se alista en la flota de Pedrarias, apenas disponemos de un puñado de datos fiables. Del período comprendido entre 1514 y 1531, que coinciden con su etapa en Centroamérica, tampoco disponemos de mucha mas información. En cambio, de su etapa en Perú y en la Florida, es decir, desde la década comprendida entre 1532 y 1542, disponemos de muchas mas noticias, gracias sobre todo a las crónicas de la conquista del Perú y de la Florida.
Fue el único conquistador que estuvo en las tres grandes áreas americanas: Centroamérica, Sudamérica y Norteamérica. Recorrió miles de kilómetros, tanto por tierra como por mar.
Barcarrota, Badajoz y Jerez de los Caballeros, se atribuyen el nacimiento del mas célebre jinete de la conquista de América. Según el Inca Garcilaso de la Vega y otros cronistas pudo nacer en Barcarrota alrededor del año 1500. El cronista Pedro Pizarro, compañero suyo en la conquista del Perú, dice de él que era natural y vecino de Badajoz. El Fidalgo de Elvas, cronista de su expedición a la Florida, opina que nació en Jerez de los Caballeros (antes Jerez de Badajoz); para ello se apoya en que Soto pide en su testamento ser enterrado en la parroquia de San Miguel de Jerez.
Para tener algún conocimiento más y saber sobre los últimos hallazgos sobre esta cuestión, les invito a leer el artículo de uno de los mejores americanistas que tenemos en la actualidad, Don Esteban Mira Caballos. Ir al artículo.
Todos los cronistas lo describen como una persona valiente, arrojada y diestra en el manejo de la lanza y de su caballo. Destacó en todos los escenarios por donde se paseó, desde el Perú a la Florida, pasando por Nicaragua y el Darién. De hecho, uno de los motivos que alegó Luis de Moscoso para ocultar su muerte a los indios era que, como lo tenían por hombre valeroso, sagaz y esforzado, en cuanto conocieran su óbito se atreverían a atacarlos; sus restos reposan en el fondo del río Mississippi. . Su sueño siempre fue conseguir una gobernación , de ahí que fuese abandonando un territorio tras otro cuando se cercioraba de que sus posibilidades de acceder a ella eran nulas.. Y finalmente, lo consiguió al obtener entre otros cargos, el de gobernador de Cuba y adelantado de la Florida, aunque bien es cierto que este último territorio se convirtió en poco tiempo en su propia tumba
Hernando de Soto se comportó exactamente igual que otros conquistadores de su tiempo, siendo su escala de valores sensiblemente diferente a la actual. Estos conquistadores del siglo XVI, no solo buscaban fortuna, -Hernando de Soto era muy rico antes de embarcarse rumbo a la Florida-, sino, sobre todo, reconocimiento social. Estaba imbuido de ese ideal caballeresco tan bien representado por Don Quijote. Honra y fortuna iban de la mano; la honra les empujaba a conquistar territorios lo que a su vez les debería traer fortuna. Hernando de Soto ambicionaba lo mismo que los demás, honra y fortuna con los que ennoblecer su linaje y su estirpe.
Camino de América
A muy temprana edad decidió buscar fortuna en las Indias, pues el mayorazgo familiar estaba destinado al primogénito. Asi en la importante flota que condujo a Pedrarias Dávila, o Pedro Arias Dávila o bien Pedro Arias de Ávila , cuando pasó a las Indias para hacerse cargo del gobierno de Castilla del Oro, y entre los componentes de su séquito, figuraba un adolescente, hijo de un escudero de Jerez de Badajoz. Era Hernando de Soto, llamado a convertirse en el más célebre jinete de la conquista de América. Esta flota partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda el 11 de abril de 1514. En esta expedición viajaron un buen grupo de futuros conquistadores, como Diego de Almagro, Pascual de Andagoya o Sebastián de Belalcázar..
Como paje de Pedrarias llegó Soto al Darién (Panamá) en 1514. Allí conoció a sus paisanos Vasco Núñez de Balboa y Francisco Pizarro. Hernando de Soto tomará parte en diversas expediciones a través del istmo de Panamá, en la exploración de las costas del Mar del Sur, en la fundación de Panamá, en la penetración hacia Costa Rica y Nicaragua.
La llegada como en tantas otras ocasiones, fue dramática, pues en los primeros meses murieron de enfermedades la mitad del pasaje. La aclimatación al nuevo territorio y la dificultad para sostener alimentariamente a un contingente tan grande de recién llegados, causaron estragos. Desde muy poco después de su llegada, el extremeño destacó por su arrojo, así como por su destreza con el caballo. Por ello, el gobernador Pedrarias Dávila, no tardó en nombralo como uno de los capitanes de la caballería.
En Panamá formó una compañía minera con Francisco Campañón y con Hernán Ponce de León. La sociedad con este último se inició en 1516 o 1517 y se prologó hasta la muerte del adelantado. En 1524 estaba avecindado en la ciudad de Natá, cuando el gobernador le encargó que fuera junto a Francisco Hernández de Córdoba a la conquista de Nicaragua, participando en la pacificación del territorio y en la fundación de ciudades como Granada y León. Sin embargo Francisco Hernández de Córdoba intentó traicionar al gobernador Pedrarias y erigirse él en gobernador. Hernando de Soto y otros leales servidores no se sumaron a tal rebelión, siendo encarcelados en 1525. Sin embargo su amigo y socio, el capitán Francisco Campañón. consiguió liberarlo y, juntos acudieron a informar al gobernador Pedrarias. En pago por su fidelidad recibió el cargo de regidor de la localidad nicaragüense de León, donde se avecindó, disfrutando de una cierta fortuna y de los honores propios de la primera generación de conquistadores y pobladores.
Tras un breve espacio de tiempo, decidió volver a la aciión para lo que se trasladó de nuevo a la frontera sur, es decir, al Darién. Algunos años estuvo viviendo como encomendero y minero con sus dos socios antes nombrados, aunque los resultados económicos de tal empresa fuesen muy escasos, y por ello seguramente decidió volver a España a solicitar alguna merced. Efectivamente en 1526 regresó a España, personándose en la Corte, donde solicitó al emperador una gobernación. A éste no le pareció oportuno entregársela, probablemente porque estimó que era demasiado joven y poco curtido en el liderazgo de grandes empresas. Pero aprovechó la ocasión para enviarlo a Portugal a gestionar la liberación de los hombres de Juan Sebastián Elcano. No obteniendo ninguna merced que le colmase, regresó a Nicaragua en 1529 prácticamente con las manos vacías