PALACIO DE LOS GÓMEZ DE SOLÍS
En los primeros años del dominio cristiano, la Alcazaba fue el centro neurálgico de la ciudad. La aristocracia local construyó en ella casas fuertes y palacetes. Uno de los edificios más importantes fue construido por Gómez de Solís junto a la Puerta del Alpéndiz (1464-1470) en el contexto de las luchas señoriales en el reinado de Enrique IV.
Hernán Gómez de Solís intentó señorializar Badajoz y aunque algunos autores lo titulan duque de Badajoz en la actualidad se considera que dicho título es una invención de Argote de Molina, en 1575, para ennoblecer la figura de Hernán Gómez de Solís.
Como símbolo de su poder, Gómez de Solís construyó una casa fuerte en la Alcazaba junto a la Puerta del Alpéndiz y para ello ocupó parte de la calle que discurría paralela a la muralla y también la que desembocaba en la Puerta del Alpéndiz, derribó algunas casas situadas en su entorno para formar una plaza delante de la casa fuerte, etc.
Tras la derrota de Gómez de Solís (enero de 1470), su casa fuerte fue demolida parcialmente por el Ayuntamiento pero quedan restos de las dos torres de la fachada principal, algunas habitaciones de la planta principal, parte del patio con su aljibe, los subterráneos habilitados después como polvorines, etc.
En la imagen vemos el Atiguo Pabellón de Autopsias que nada tiene que ver con el Palacio de Hernán Gómez de Solís, salvo que comparten ubicación. A mediados del siglo XIX, junto con el Hospital Militar, se construyó este pabellón sobre un torreón de época anterior (Torreón de Calatrava). Esta torre-pabellón ha estado abandonada desde 1991. Es una construcción de varias plantas, con tejado de cuatro aguas con placas de pizarra y un pequeño campanario. La base del pabellón está comunicada con el complejo de subterráneos contiguos a la Puerta del Alpéndiz. En la parte inferior del pabellón se encuentra un aljibe subterráneo, cuyo brocal de acceso está junto a la entrada. Todo el conjunto se encuentra en lamentables condiciones.