Alcazaba Almohade

En el año 421 de la Hégira (1030) Abū Muhammad Abd-Allāh, el primer rey aftasí, realizó obras en la Alcazaba. Según al-Bakrī, en dichas obras se empleó la mampostería en lugar del tapial que había sido el material constructivo tradicional (5).

Las evidencias más visibles de esta reforma se encuentran en las murallas que se extienden entre la Torre de la Atalaya (Espantaperros) y la Puerta de Yelves.

La dinastía aftasí termina con la llegada de los almorávides y el asesinato del último monarca aftasí (1095) (6).

Badajoz estuvo bajo dominio almohade hasta el año 1145 en el que se instauró un breve señorío independiente que no pudo prolongarse pues fue sometido por los almohades (Sidray b. Wazir, ¿1145?-1146) (7).

En la última campaña de excavaciones de la Alcazaba se han documentado obras almorávides pero todavía no se han publicado y por tanto poco podemos aportar sobre ellas.

Uno de los periodos más interesantes de la historia de Badajoz, al menos en lo que se refiere a las fortificaciones, se desarrolló bajo dominio almohade.

Las obras almohades están bastante estandarizadas. Samuel Márquez Bueno y Pedro Gurriarán Daza estiman que los almohades crearon una arquitectura fácilmente reconocible para definir la imagen dinástica que pretendían trasmitir. Ambos autores consideran que los elementos que mejor definen esa arquitectura oficial almohade son:

-Los acabados superficiales (en el caso de Badajoz, la falsa sillería).

-Las torres representativas (torres albarranas y sobre todo la Torre de Espantaperros)

-Los accesos monumentales (puertas en recodo).

Las fortificaciones almohades están construidas mayoritariamente con tapial (tabiya). Es habitual que la tapia se levante sobre un zócalo de mampostería compuesto por piedras menudas muy bien rejuntadas con cal. Las portadas fueron construidas con sillería de granito y varias torres tienen sus esquinas reforzadas con sillares y spolia romanos y visigodos (fustes, pilastras, etc).

Los alarifes almohades cubrieron los muros con distintos modelos decorativos. El más conocido se denomina falsa sillería y se conseguía disponiendo una serie de fajas horizontales y verticales que imitaban un aparejo de grandes sillares (figuras 1 y 2). En la cara interna (trasdós) solo se dispusieron las bandas horizontales (8).

J. L. Menéndez, R. Azuar, J. Lozano y T. Mª LLopis consideran que la falsa sillería se realizó durante el mandato del califa almohade Abu Yusuf Ya’qub Al-Mansur entre 1184 y 1199. Esta hipótesis tiene un difícil encaje en el caso de Badajoz pues el paradigma que se viene aceptando como válido considera que la mayor parte de las obras almohades de Badajoz se realizaron en 1169 y 1173.

construcción de la muralla

F1.- Construcción mediante la técnica del tapial y decoración de falsa sillería . Imagen obtenida de la musealización de la Alcazaba.

En la actualidad algunos de los falsos sillares decorativos aparecen con una tonalidad derivada del ocre mientras que las fajas que definían los sillares presentan un color de la gama del amarillo. Es muy probable que el parapeto almenado estuviese encalado.

La “decoración” del zócalo de mampostería ha pasado más inadvertida y resulta interesantísima. En efecto, los muros de mampostería presentan un llagueado muy saliente que bordea los mampuestos. El llagueado se realizó con un mortero rico en cal que en algunos casos se acompañó con una línea incisa que sigue el contorno del mampuesto (muralla del frente norte, torre exterior de la Puerta de Yelves, etc). En otras ocasiones los cordones están orlados de piedrecitas o decorados con un motivo en espiga. Este último elemento suele rodear los sillares o mampuestos de las esquinas y aparece con frecuencia en albarranas forradas con mampostería (Torre situada junto al Ayuntamiento Viejo, Torre de la Puerta de Yelves y Torreón de la Consolación).

Zócalo de sillería

F2.- Zócalo de mampostería. Sobre ella el tapial con la falsa sillería

Con respecto a las obras propiamente dichas debemos señalar que los almohades ampliaron la Alcazaba hacia el norte para acercarla al cauce del río y facilitar la aguada (fig.3). La ampliación arranca, en su extremo Este, de una torre albarrana que a su vez está adosada a la muralla marwaní. Esta secuencia viene a mostrar que dichas albarranas (forradas con mampostería y que reutilizan piezas romanas y visigodas) son posteriores al muro norte marwaní y anteriores a la ampliación almohade de la Alcazaba.

Alcazaba MArwan

Fig.3. La alcazaba Marwan y la ampliación almohade. Imagen obtenida de la musealización de la Alcazaba.

 

 

 

Fig. 4. Evolución de la Alcazaba de Badajoz según Samuel Márquez y Pedro Gurriarán

Los almohades también construyeron la coracha para asegurarse el abastecimiento de agua (figuras 3 y 5). El cronista Ibn Sahib dice que

“…En este año (1169) se dirigió (…) Abu Yahyà como gobernador de la Ciudad de Badajoz, por el poder excelso (…) Le mando el poder excelso excavar un pozo, dentro de la alcazaba de la ciudad de Badajoz, al cual condujese el agua del río, previniéndola para lo que se temía de ataques y asedios (…) y se esforzó en excavar el pozo con mineros y trabajadores para ello, y es conocido entre el pueblo por la Kuraya condujo agua a él, y se fortificó la alcazaba...” (9)

En otra ocasión se señala

“…El (califa almohade Abū Ya’qub Yūsuf) fue el que defendió Badajoz de los infieles y construyó en ella su alcazaba elevada y fuerte y condujo a ella el agua del río…” (10)

En función de este texto, podríamos suponer que la ampliación de la Alcazaba se fecharía en el año 1169. Asimismo, el texto señala que la coracha era una obra excavada (¿pozo?, ¿mina de aguada?) y situada intramuros que se aprovisionaba de agua del río aunque no especifica el medio (manantial-filtración desde el río, acarreo, noria, etc.). Es decir, las noticias de Ibn Sahib no encajan con la tradición que identifica a la coracha con los muros que unen la Alcazaba con el río.

La Coracha y Puerta de la Coracha

Fig. 5.- La Coracha y la Puerta de La Coracha.Imagen obtenida de la musealización de la Alcazaba.

Samuel Márquez Bueno y Pedro Gurriarán Daza ofrecen una hipótesis muy interesante que podría explicar esta aparente falta de sintonía. Estos investigadores consideran que el texto de Ibn Sahib Al-Sala se refiere a la coracha como un pozo aunque pasado el tiempo el pueblo de Badajoz debió identificar como coracha al conjunto hidráulico completo que incluiría tanto al pozo como la conducción de agua, el lugar de almacenaje, etc (11).

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